Aragón alarga la suspensión de las fiestas patronales un mes más, hasta el 30 de septiembre, y a finales de agosto se decidirá qué hacer con el mes de octubre, cuando deberían ser las Fiestas del Pilar.

Así lo ha anunciado a los medios la consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, tras la decisión unánime adoptada este lunes en el seno del Consejo Local ampliado, en el que han participado la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (Famcp), los presidentes de las tres diputaciones provinciales y los ayuntamientos de Huesca, Zaragoza y Teruel.

Pérez ha recordado que se comprometieron a abordar la situación de las fiestas patronales en estas fechas antes de que estallara la última ola de contagios de covid-19 y que a finales de agosto se volverán a reunir para analizar la situación sanitaria y abordar también aspectos relacionados con el inicio del curso escolar.

La consejera se ha congratulado de que el Tribunal Supremo haya admitido el recurso del Gobierno de Aragón y, por tanto, quede autorizado el toque de queda en las localidades de Huesca, Jaca, Barbastro y Monzón, todas en la provincia oscense, algo "importante" ya que se acercan las fechas en las que se solían celebrar las fiestas de San Lorenzo en la capital altoaragonesa.

"Nuestro único objetivo es proteger la salud de los aragoneses por encima de cualquier otra cosa", ha manifestado Mayte Pérez, quien ha añadido que el Gobierno de Aragón siempre ha tomado las medidas en función de los parámetros sanitarios.

A su juicio, el toque de queda en estos cuatro municipios es una medida "proporcional" y "ponderada" y, además, tampoco choca con la recuperación económica.

De igual forma, ha considerado que es una medida de control de movilidad que ayuda "muchísimo" a frenar los contagios, algo que en esas localidades está costando más.