Las autoridades sanitarias han informado este lunes de 610 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas, un balance menor al que venía registrando Alemania en estos últimos días pero que evidencia también el retraso en la transmisión de datos de contagios durante el fin de semana.

El Instituto Robert Koch (RKI), la agencia que se encarga de las enfermedades infecciosas en Alemania, tiene registrados hasta este lunes 242.381 contagiados y 9.298 fallecidos, tres más que el domingo. La cifra de personas recuperadas supera ya los 216.000.

El Gobierno de Angela Merkel y las regiones han abogado en estos últimos días por un endurecimiento de las restricciones para contener los rebrotes de las últimas semanas, con recomendaciones expresas a no viajar a las consideradas zonas de riesgo.

El sábado, unas 30.000 personas --según la Policía-- se concentraron en Berlín para protestar contra las medidas de protección adoptadas por las autoridades frente al coronavirus. Unas 300 personas fueron detenidas durante una intervención policial.

El ministro de Sanidad, Jens Spahn, ha sido increpado este lunes cuando intentaba hablar con un grupo de manifestantes en la localidad de Bergisch Gladbach, cerca de Colonia, después de que la semana también tuviese problemas durante un acto en Wuppertal, según la agencia de noticias DPA.

Spahn, escupido durante su última visita, ha defendido la necesidad de dialogar con quienes discrepan de las medidas oficiales, pero ha advertido de que "solo funciona si ambas partes están dispuestas a escuchar". "Cuando la gente grita, escupe e insulta, no funciona", ha dicho al diario 'Rheinische Post'.