Un abogado insulta a los empleados de un bar neoyorquino por hablar español
"Si yo pago para que vivan aquí, para que tengan servicio médico, lo mínimo que podrían hacer es hablar inglés", dijo airado el hombre
AGENCIAS
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Actualizado 15:05
Incidente xenófobo en pleno Manhattan. Un abogado neoyorquino ha sido acusado de racismo por increpar a los empleados de un restaurante porque estaban hablando en castellano con algunos de los clientes del establecimiento. Aaron M. Schlossberg, de 42 años, tiene su propio bufete de abogados al lado del restaurante en el que se produjo el incidente y era un cliente habitual.
"Tus empleados están hablando español con los clientes. Cada persona que he oído está hablando en español, él está hablando, él está hablando, ella también y esto es EEUU", dijo el hombre. La grabación del hombre fuera de sí están sacudiendo las redes sociales.
"Si yo pago para que vivan aquí, para que tengan servicio médico, lo mínimo que podrían hacer es hablar inglés", protestaba Schlossberg, que llegó a asegurar que los trabajadores del local seguramente "fuesen indocumentados" y que no dudaría en llamar alICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos).
Who this this bigot in Midtown Manhattan? What's his name?
— Shaun King (@ShaunKing) 16 de mayo de 2018
Please share this.
Here he is harassing & insulting two women for speaking Spanish...TO EACH OTHER in the middle of Manhattan.
Trump has empowered ugly white people like this to say whatever they feel like saying. pic.twitter.com/WbHlet6H7c
"Todo el mundo puede tener sus ideas pero que guarden su odio para sí mismos. No tienen ningún derecho a molestar a los demás o hacer comentarios como ese en áreas públicas", han asegurado por su parte los responsables del establecimiento. “Esta es la ciudad de Nueva York, todos son diferentes aquí, todos tienen opiniones diferentes y algunas personas tienen una mentalidad de odio. Públicamente no deberían estar haciendo eso. Nunca antes había visto algo como esto en el restaurante”.
Antes de abandonar el establecimiento, Schlossberg arrojó su sándwich y agua sobre el mostrador y dijo que no quería pagar al restaurante. Cuando salió, la gente en el restaurante aplaudió.
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