Sin las víctimas, no puede haber "diálogo sobre la paz"
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Actualizado 26 may 2017
El obispo de San Sebastián, monseñor Munilla, ha tenido palabras duras contra la estrategia de Bildu de equiparar a víctimas y verdugos en el País Vasco. “Los foros de diálogo por la paz que excluyen a las víctimas del terrorismo o que simplemente no son capaces de recabar su apoyo carecen de la necesaria autoridad moral”, ha afirmado el obispo donostiarra, en relación al encuentro internacional de alcaldes, convocado los días 10 y 11 de octubre en la capital guipuzcoana. La condena del terrorismo es imprescindible para cualquier “diálogo sobre la paz”, dice el obispo donostiarra, que recuerda a los terroristas y a sus cómplices su “obligación moral de arrepentimiento y de petición de perdón hacia las víctimas”. Hace unos días, el prelado aludía a los raros casos de etarras arrepentidos como motivo de esperanza, añadiendo que esas personas “merecen perdón”. Sus palabras fueron malinterpretadas en algunos sectores, como complacientes con quienes quieren hacer borrón y cuenta nueva tras 4 décadas de terror. Pero monseñor Munilla no es un político que hable en función de cálculos interesados, sino un obispo que sitúa al criminal ante su responsabilidad personal y le invita a acogerse a la misericordia de Dios. Muy interesante fue también ayer su reflexión sobre la idolatría política. “La mayor de las pobrezas es la intrascendencia”, dijo el obispo. Resulta inevitable asentir con tristeza al contemplar el daño que los nacionalismos han provocado en España, cada vez que sitúan la raza o la nación en el lugar que antes ocupaban “los grandes ideales del Evangelio”.
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