La izquierda proetarra ha querido dejar su impronta en la campaña electoral. Con su habitual forma de hacer las cosas y de entender las libertades, han formado un muro con personas en Vitoria, en plena plaza de la Virgen Blanca, en cuyo interior se ocultaban Igarki Robles, Aiala Zaldibar e Ibon Esteban, tres condenados de Segi, que ya han sido detenidos gracias a un eficaz despliegue de la Ertzaintza.Los arrestados son miembros de la ilegalizada cantera de la banda terrorista ETA y fueron condenados por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por integración en banda armada. El espectáculo venía diseñado con una calculada estrategia de resistencia que terminó con todo tipo de insultos a las instituciones públicas y a las fuerzas de seguridad, y con numerosos altercados. Jaleados por unas 1.500 personas, entre los manifestantes estaban  líderes de Sortu, miembros de Bildu y candidatos de la coalición abertzale a las elecciones municipales y forales del próximo domingo.La única parte buena de su presencia violenta en campaña es que solo quienes miran para otro lado pueden obviar quiénes son, dónde están, a qué se dedican y quiénes son sus aliados naturales. Revelador es que Podemos País Vasco haya salido inmediatamente a hablar de brutalidad policial en las detenciones. Nadie puede llamarse a engaño en las urnas, que en las  Diputaciones y municipios vascos, requerirán una lectura atenta y preocupada.