El PSOE ha celebrado este fin de semana Comité Federal, el máximo órgano entre congresos. Fue una reunión larga, con muchas intervenciones, que no ha servido para resolver dos de los grandes problemas que tiene planteados el principal partido de la oposición: la respuesta que da al soberanismo catalán y la elección de su candidato para las próximas elecciones generales.   Los socialistas han mantenido hasta el momento una posición en Madrid y otra diferente en Barcelona respecto a la apuesta de Artur Mas. En Cataluña han defendido el derecho a decidir y en el resto de España la Constitución del 78. El sábado Rubalcaba, para tratar de encontrar un punto de acuerdo, anunció que a partir de ahora el PSOE reclamará un cambio de la Constitución y que se adopte un modelo federal.   Rubalcaba, en lugar de apoyar al Gobierno, anunció una especie de tercera vía entre lo que llamó “tendencias recentralizadoras” y la deriva independentista. No va a contentar a nadie. La mayoría de los votantes socialistas no se reconocen en esa fórmula. Y con ella no  va a cambiar de postura el PSC. El asunto de las primarias sigue sin resolverse. Los críticos las quieren cuanto antes mientras Rubalcaba intenta aplazarlas lo más posible. Este PSOE dividido, y sin posturas claras corre el riesgo de seguir cayendo. En muchas partes de España puede convertirse en la tercera fuerza.