Tras las elecciones de este domingo sería una grave irresponsabilidad que el PSOE intentase llegar a un acuerdo con dos partidos políticos más para hacerse con la presidencia del Gobierno. La victoria del PP ha tenido mayor margen que el que obtuvo Aznar sobre Felipe González en el 96. Y entonces el líder del PSOE rechazó un acuerdo con Izquierda Unida y con los nacionalistas y se fue a la oposición. El tripartito que tendía que crear el PSOE necesitaría de Podemos. Y Podemos es su principal adversario, quien más le ha disputado terreno. EL PSOE pertenece a la tradición socialdemócrata, plenamente europea. Los socialistas han hecho una campaña defendiendo que no hay que bajar impuestos y que no hay que replantear las políticas de control de gasto. Podemos ha hecho una campaña con un programa económico radical e insostenible. En un hipotético acuerdo, el PSOE quedaría devorado por una política radical. La tercera pata de ese Ejecutivo tendría que ser o independentista o nacionalista. Sería una Gobierno sin coherencia ideológica alguna.Para evitar una nueva convocatoria electoral, que no sería conveniente, los socialistas deberían llegar a algún tipo de acuerdo con los populares. No es imposible, si se dejan de lado los prejuicios. En las cuestiones esenciales sobre el modelo de Estado y la política económica hay más consenso que diferencia. El PSOE está más cerca del PP que de Podemos.