Endesa apuesta firmemente por la necesidad de contar con la energía nuclear para garantizar un suministro fiable y libre de emisiones en la transición hacia la “descarbonización” de la economía. Ese es el objetivo que se acordó en la Cumbre del Clima de París y hacia el que se orienta Endesa: alcanzar un modelo energético 100% libre de emisiones en 2050.

En la evolución hacia este nuevo modelo, la energía nuclear, a diferencia de otras tecnologías de generación, es un aporte fiable de potencia firme libre de emisiones. Garantiza así la seguridad del suministro y la estabilidad en el precio final de la energía hasta que las renovables y los sistemas de almacenamiento de energía alcancen un nivel pleno de desarrollo.

Una energía fiable y segura

Desde el inicio de la operación de las plantas se ha realizado un  fuerte esfuerzo inversor para mejorar y garantizar la seguridad de todas las centrales. Por cada 100 euros que se invirtieron en las centrales en su construcción, en los últimos 20 años se han invertido otros 60 en su modernización y actualización. Solo el Proyecto de Refuerzo de la Seguridad, derivado de las medidas post-Fukushima, ha supuesto en conjunto una inversión de unos 30 millones de euros por unidad para mejorar la robustez de las instalaciones y garantizar su seguridad en un horizonte a largo plazo, incluso frente a sucesos naturales extremos, como terremotos, incendios o grandes inundaciones.

Endesa, con la vista puesta en la operación a largo plazo del parque nuclear en España, como pieza clave para la transición hacia un nuevo modelo energético (como están haciendo países como Reino Unido, Francia, Finlandia o Suecia), invertirá otros 500 millones de euros en los próximos años para continuar el proceso de mejora. Se trata así de una tecnología de futuro a nivel mundial en la que la industria nuclear española tiene un papel clave.

Contexto internacional

En relación con el resto de países de nuestro entorno, el papel de la energía nuclear presenta diferencias. Así por ejemplo, en el caso francés, se busca reducir el peso de la nuclear en su mix de generación del 75% al 50% por un tema de diversificación del mix, pero confiando en la presencia capital de la nuclear en la transición y el mix del futuro. En el sueco, en el año 2016 se aprobó un acuerdo entre los Socialdemócratas, el Partido Moderado, el Partido Verde, el Partido Centro y los Demócrata-Cristianos para la eliminación gradual del impuesto a la generación nuclear; además, en función del tipo de reactor y de su antigüedad, la legislación permite la extensión de la vida de algunas centrales hasta 60 años. Por su parte, en el caso suizo (con un 34% del mix nuclear, frente al 21% español), a pesar de la prohibición de la construcción de nuevas centrales, se permite la extensión de la vida útil de las centrales con más de 40 años (de hecho, actualmente tienen 3 reactores que superan esta edad). Además, los 5 reactores actualmente en operación se cerrarán cuando el regulador considere que no cumplen los requisitos de seguridad (la Agencia Nuclear Mundial estima que operarán hasta los 50-60 años).

En el lado opuesto, estarían Alemania, Bélgica o Corea del Sur, que están apostando por su desmantelamiento anticipado por cuestiones políticas. En el caso alemán, conjuntamente con el cierre nuclear se apuesta por una política de alta penetración de renovables y respaldo de centrales de carbón (el carbón representa el 40% de la generación anual y tienen planes de realizar nuevas inversiones). Bajo este modelo, las emisiones están estables (mientras en otros países, incluido España) las emisiones del parque de generación sea reducido significativamente y los precios al consumidor final han subido a un 3% anual (por encima de la inflación)