Sevilla, domingo 21 de abril de 2013. 12ª de Feria. Matinal. Tres cuartos de plaza. Cinco toros de Benítez Cubero y uno (4º) de Pallarés, despuntados reglamentariamente, manejables aunque justos de raza a excepción de los encastados 4º y 6º. Álvaro Montes, vuelta. Joao Moura, saludos tras aviso. Manuel Manzanares, silencio. Francisco Palha, oreja. Luis Valdenebro, oreja. Lea Vicens, vuelta. Buen ambiente, calor y desiguales méritos en el ruedo. El festejo matinal de rejones programado este año en la Feria de Abril bajaba en su interés y anunciaba un sexteto de jóvenes rejoneadores buscando una oportunidad en el marco de la Real Maestranza. La aprovecharon el portugués Francisco Palha y el sevillano Luis Valdenebro. Y todo ello con una manejable corrida de Benítez Cubero-Pallarés, en la que destacaron dos ejemplares por su nivel de casta y duración con las cabalgaduras, cuarto y sexto. Francisco Palha trenzó una faena correcta en los primeros tercios, con algunas desigualdades en la colocación de las banderillas. Ante un buen toro de Pallarés, el portugués subió el nivel con las cortas, ligadas en un palmo de terreno. El rejón de muerte cayó trasero y bajo y eso restó mérito al apéndice paseado. También tocó pelo el joven Luis Valdenebro. El sevillano se presentaba ante sus paisanos y mostró que su techo todavía está lejos. Demasiado impreciso con el rejón de castigo, su faena no terminó de romper por culpa del peor toro de Cubero, un astado mermado en sus facultades físicas que se aplomó rápido. Eso sí, hubo un gran par al quiebro y el rejón de muerte, muy trasero pero de efectos fulminantes, ayudaron en la consecución del premio para Valdenebro. Una vuelta al ruedo dio el joven veterano Álvaro Montes con el que abrió plaza. Faena templada en la que expuso sobre todo en los quiebros finales. Igual premio obtuvo la rejoneadora Lea Vicens. La francesa hizo una faena de menos a más demostrando que posee un buen concepto y una cuadra bien preparada. Destacó montando a ?Bético’ en banderillas ante un incansable toro de Cubero y perdió el trofeo por culpa de los aceros. Una ovación saludó el portugués Joao Moura hijo, que estuvo sobrio y eficaz ante un animal que duró muy poco y se paró rápido. También gustó Manuel Manzanares, quien realizó una faena muy seria, mostrando un toreo clásico y de buen corte, muy en la línea de su maestro Hermoso de Mendoza. Pero marró a espadas y fue silenciado.