Los resultados de las elecciones celebradas este domingo en Alemania nos dejan tres buenas noticias. Merkel, que ha contribuido decisivamente a salvar el euro en los últimos años de dificultad, obtiene un respaldo de casi un 43 por ciento que le sitúa al borde de la mayoría absoluta. Los alemanes han respaldado de forma abrumadora la estabilidad, las políticas económicas que la canciller heredó de Schröeder y lo que es más importante, no han castigado su compromiso con Europa.De hecho, junto al histórico resultado cosechado por la CDU, las otras dos buenas noticias son que los liberales y los euroescépticos van a quedarse fuera del Bundestag al no haber obtenido un 5 por ciento de los votos. Lo liberales, socios de Merkel en la pasada legislatura, han supuesto el mayor freno para las políticas de solidaridad con los países del sur. El carácter minoritario de los euroescépticos permitirá a Merkel un mayor compromiso con la construcción europea.Precisamente esa debiera ser la gran tarea en su tercera legislatura. Con un respaldo tan abrumador la canciller puede abandonar la ambigüedad de los últimos años. Ahora es el momento de acelerar la Unión Bancaria y la Unión fiscal, de consolidar los instrumentos conjuntos de política económica, de dar más margen al BCE  y de no frenar los estímulos que permitan al Viejo Continente volver a crecer con vigor y ganar realmente competitividad.