"Madrid es Madrid, y no la voy a descubrir ahora", señaló El Juli al finalizar la tarde en relación a la actitud de cierto sector del público hacia él durante sus tres faenas y, sobre todo, a la pitada que le acompañó mientras abandonaba la plaza de camino al coche de cuadrillas."El público es soberano y hay que respetarlo por encima de todo. Yo pienso que he estado entregado toda la tarde, sincero y buscando torear lo más puro posible dentro de las oportunidades que me han brindado mis tres toros, que no han sido muchas", reconoció El Juli.Sobre su lote, El Juli aseguró: "Mi primero ha sido un toro muy enrazado, que ha transmitido a la gente pese a que ha sido imposible templarlo; el segundo no ha sido nada fácil, y eso que me he centrado mucho para sacar el máximo partido; y el último ha estado demasiado cargado de peso, hubiera sido un milagro que un animal de 650 kilos embistiera por derecho""Me voy disgustado, la verdad, porque el objetivo era triunfar, pero aún así pienso que he dado la cara con lo que he tenido delante", concluyó.