El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite el recurso presentado por el Gobierno contra la pseudo-consulta convocada por la Generalitat para este domingo. Ha sido una decisión tomada por unanimidad. No hay vuelta de hoja. Si Artur Mas quiere respetar el Estado de Derecho, tal y como siempre ha dicho, no puede haber urnas el 9 de noviembre. Ha llegado el momento de que el President desoiga las presiones y se olvide del sucedáneo de referéndum. La desobediencia abriría una grave crisis y obligaría al Estado a utilizar herramientas más contundentes. No es deseable que se llegue a ese punto. Auspiciar otra seudo consulta a través de lo que se denomina la sociedad civil es también una forma de desobediencia.El Consejo de Estado fue muy contundente la semana pasada, el llamado proceso de participación ciudadana es más contrario a derecho aún que la primera consulta. Funcionarios, alcaldes y medios de comunicación han estado siendo presionados para apoyar lo que realmente no tiene sentido. La aventura secesionista ha supuesto ya la conculcación de derechos y de libertades. A partir del lunes 10 de noviembre y, sobre todo, cuando se haya pronunciado el Tribunal Constitucional habrá que estudiar a fondo posibles soluciones a la situación creada. Mientras llega ese momento, no es nada conveniente ni para él, ni para Cataluña ni para España, que se eche en manos de ERC.