La conmemoración del primer centenario del nacimiento del  filósofo español Julián Marías es una buena oportunidad para tomar conciencia de nuestras raíces culturales y de la necesidad de afrontar los retos del presente con la razón vital que ha hecho posible los mejores momentos de nuestra historia.  Julián Marías, discípulo predilecto de Ortega y Gasset, fue un educador de la conciencia de generaciones de españoles a través de sus libros y de sus colaboraciones en prensa escrita. Apostó por permanecer en España después de la trágica contienda civil, pese a que no fue tratado siempre con la justicia que merecía su estilo personal y la clarividencia de su pensamiento. Sin embargo Julián Marías pasó por la vida haciendo el bien en sus relaciones personales, invitando a quienes le rodeaban a no olvidar lo que hace posible el tejido humano de la convivencia y a pensar desde una concepción de la realidad basada en la confianza en una razón abierta al Infinito.Son muchos los aspectos del pensamiento de Julián Marías, designado Senador por el Rey don Juan Carlos, que nos sirven especialmente en este momento histórico. Uno de ellos es el papel que el cristianismo jugó en su sistema filosófico, y en su vida personal. Con Julián Marías se hizo más difícil desdeñar intelectual y socialmente nuestra tradición cristiana. La memoria agradecida de Julián Marías es un obligado acto de justicia para la sociedad española y para la Iglesia.