Durante su alocución el Santo Padre ha comenzado recordando que el Sacramento del Matrimonio nos conduce al diseño según Dios puesto que es una alianza, un diseño de comunión. Francisco ha recordado el Pasaje del Génesis en el que al principio Dios los creó hombre y mujer a su Imagen y semejanza. Por eso el matrimonio es bello porque se apya en la comunión, de la misma forma que el Padre, el Hijo y el Espíritu entran en comunión. El Pontífice ha recordado cómo San Pablo se refiere a la grnadeza del amor entre los esposos que se condsagran por el amor. También la Iglesia se considera unida en forma de desposorios a Cristo, el Esposo que engalana a la comunidad eclesial como una novia que se adorna con sus joyas. Esto ayuda a comprender que el Serñor ama a su Iglesia y da la vida por ella. Por último, Francisco ha señalado la importancia de ver la sencillez y la fragilidad humana en el matrimonio. Es normal que se discuta en las familias y que se rompan los platos, ha asegurado en un tono distendido y amable. Esto no debe desanimarnos porque la vida es para vivirla desde el amor que supera cualquier discusión y pelea. Francisco ha dicho que la vida familiar mejoraría si se diesen tres palabra fundamentales: permiso, gracias y perdona. Al término de la audiencia todos han rezado y el Papa ha impartido la Bendición Apostólica de forma especial para los enfermos e impedidos extensiva también para los objetos que han llevado con el fin de que fuesen bendecidos.