Gibraltar es una de las diez colonias administradas por Gran Bretaña y el único territorio no autónomo que queda en Europa. Este dato es suficiente para comprender que el estatus colonial de Gibraltar es un asunto de política exterior grave que obliga a un sigilo y prudencia extrema en las relaciones bilaterales entre España y Gran Bretaña y la Unión Europea.Sorprende, por lo tanto, que dos destacados miembros del Partido Socialista que han tenido importantes responsabilidades políticas, así como algún que otro portavoz parlamentario, hayan recogido el guante lanzado por Picardo y se hayan prestado a la foto que el Ministro Principal de Gibraltar estaba buscando en su reciente viaje a España. Como sorprende también que Londres no controle ni los movimientos de Picardo, ni sus desatinos.La política exterior es competencia del Gobierno de España, que en el caso de Gibraltar habrá que resolver día a día en el seno de la Unión Europea, y la oposición debe limitarse a cumplir con la función que en esta materia le reconoce la práctica parlamentaria. Gibraltar no es un asunto del Partido Popular, sino un asunto del Estado español que vincula a las fuerzas políticas españolas y les obliga a actuar de manera responsable y leal.