Durante la Misa en la catedral de San Sebastián, el Pontífice ha recordado a todos los consagrados que la vocación es un don y un motivo de alegría porque ayuda a servir a Cristo en los más pobres y necesitados. Esto supone que hay que contemplarlo y abrazarlo hasta sus últimas consecuencias, recordando que el Señor es el que hace fecunda nuestra vida apostólica. Francisco también ha hecho un nneuvo llamamiento a promover la cultura del encuentro entre todos los hombres haciendo presente a Cristo, y rechaznado la cultura del descarte que no deja lugar para el ancuiano ni para el no nacido. Por último ha invitado a dejarnos guiar por María que es nuestro Modelo. Ahora ya está todo preparado para la celebración de la Vigilia con los jóvenes, que se desarrollará esta taerde en el escenario de Copacabana, que se ha convertido en la sede de los actos de la JMJ después de que el barrizal hiciese imposible la celebración de estos eventos en Campus Fidei.