Después de ocho meses de deliberaciones, la Audiencia Provincial de Palma ha dictaminado por unanimidad en el caso Nóos absolver a la Infanta Cristina y condenar a su marido Iñakí Urdangarín a una pena de seis años y tres meses de prisión, pena inferior a la que reclamaban la Fiscalía y la acusación particular. El tribunal ha condenado a ocho años y seis meses de cárcel al socio de Urdangarín, Diego Torres, y a tres años y ocho meses al expresidente de Baleares Jaume Matas. Este caso, pieza aparte del Palma Arena, ha sido el gran juicio contra la corrupción en España, por las características de los imputados. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo. La Infanta Cristina, condenada a pagar una multa de doscientos sesenta y cinco mil euros por lucrarse del ilícito cometido por su marido, queda eximida de la responsabilidad directa de todo acto de corrupción. Más allá de las lógicas interpretaciones sobre la cuidadosa sentencia de mil folios, lo dictaminado por la Audiencia de Palma apuntala el principio de la igualdad de todos ante la ley y confirma las garantías procesales que se derivan de ese principio. El caos Nóos supuso durante  años una merma considerable de prestigio para la institución monárquica, que sin embargo ha sabido reaccionar con decisión. Hoy es un día para recordar que la monarquía, encarnada ahora por el rey Don Felipe, es una institución que ha prestado y presta un servicio esencial a la sociedad española. La confianza en el Estado de Derecho queda ratificada con una sentencia equilibrada, alejada de pretensiones justicieras y fantasías mediáticas. Linea Editorial: Se apuntala la igualdad de todos ante la ley