Sarah Glass, tuvo que intervenir urgentemente para evitar que su novio, el neozelandés Izak Bester, se atragantase con un trozo de carne. Era una situación de vida o muerte.

Izak, de 50 años, estaba haciendo una barbacoa con un grupo de amigos y su mujer en una granja cerca de Waimarama Beach, Hawke's Bay, cuando un trozo de carne se quedó atrapado en su garganta y de repente comenzó a asfixiarse. Los amigos intentaron ayudarle pero no consiguieron hacerlo. Izak se desmayó al quedarse sin respiración, como rebela en sus páginas la web VT.

Sarah es comadrona de profesión y decidió intervenir al ver que el corazón de su novio se paraba. Cogió un cuchillo y lo introdujo en la garganta de su novio. El corte fue tan preciso que fue exactamente igual que una traqueotomía profesional. La maniobra provocó que Izak pudiera volver a respirar. Además se le proporcionó aire a través de una bombona de oxígeno que tenían en la casa.

El corte se hizo justo antes de que el neozelandés sufriera daños cerebrales, e incluso podría haber perdido la vida. "No teníamos alternativa. Sabía que era hacer eso o dejarle morir. Creo que cualquiera podría hacerlo si ve a alguien que le importa y sabe que es lo único que puede salvarle la vida", ha añadido Sarah.