El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha reivindicado los logros del Gobierno del Botánic en su tercer y último debate sobre el estado de la Comunitat de esta legislatura, en el que ha propuesto 35 medidas para avanzar en la transformación de esta tierra y un "nuevo contrato social".

El PP y Ciudadanos han pedido la convocatoria de elecciones, al considerar que el Consell está "agotado", e incluso la portavoz popular, Isabel Bonig, ha detallado un "programa de gobierno" con 31 propuestas, la primera de las cuales será derogar todas las leyes y planes que suponen la "catalanización" de la sociedad valenciana.

Para Podem, socio parlamentario del Consell, los avances no han sido suficientes "para dejar atrás el modelo del PP" y no se ha sabido aprovechar la oportunidad de hacer de la Comunitat "un ejemplo", mientras que Compromís y el PSPV han deseado "larga vida al botànic" y que lleguen "más botànics".

El president ha defendido que el espíritu del Botànic "no tiene limitación temporal, ni siquiera una limitación electoral", y ha pedido que los valencianos "sigan teniendo confianza" en un acuerdo de gobierno que ha supuesto "una gran oportunidad" para la Comunitat Valenciana, la cual no quiere volver "al peor pasado".

Puig ha anunciado que la primera semana de octubre se reunirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; que la ampliación norte del Puerto de València contará con una inversión pública y privada de más de mil millones de euros, y que se va a acelerar la reversión del área de salud de Dénia al sistema público.

Un plan contra la burbuja del alquiler; el inicio de las obras de antigua línea T2 de Metrovalencia, empresa que ofrecerá servicio nocturno los fines de semana y festivos a partir de final de año, y un banco de ADN público para que las familias de las víctimas de la Guerra civil y la dictadura puedan encontrar a sus seres queridos, son otros compromisos.