Un portavoz de la fiscalía acaba de anunciar el resultado de las tres primeras autopsias de víctimas del “crimen de la ballesta”, que desde este pasado fin de semana conmociona a Alemania. Los informes forenses corresponden a los cuerpos hallados el sábado por una empleada de la limpieza en una pensión de Pasau, un hospedaje en medio del bosque al que solo acuden contados senderistas y cazadores. La causa de la muerte de Torster W., de 53 años, y de Kerstin E., de 33, que aparecieron tumbados en la cama y dados de la mano, fueron ambas flechas de ballesta que les impactaron en directamente en el corazón. Ambos habían recibido previamente otros flechazos en diversas partes del cuerpo, por lo que fue una muerte dolorosa y lenta, pero las que se clavaron en los dos corazones terminaron con su sufrimiento. En el caso de Farina C., de 30 años, cuyo cuerpo apareció en el suelo de la misma habitación y en medio de un gran charco de sangre, la causa de la muerte fue una flecha clavada en el cuello. Ninguno de los tres presenta signos de violencia o defensivos que hagan pensar en una pelea. Junto a ellos ha sido encontrado el testamento de dos de los fallecidos, por lo que la policía piensa en un suicidio múltiple o en un homicidio consentido.

Los tres fallecidos pertenecían a un club internacional de caballeros que organiza torneos medievales y recrea la formación de los guerreros de la Edad Media. La policía ha podido establecer que, aunque proceden de la región de Baja Sajonia, estaban regresando de un torneo celebrado en Austria donde habían encontrado las tres ballestas halladas en la misma habitación, una de ellas todavía sin desempaquetar. Torster W. regentaba desde hacía unos meses una tienda de objetos y armas medievales, de manera que está familiarizado con las ballestas, aunque se trata de un arma que en Alemania se puede adquirir legalmente desde los 18 años de edad.

Tras el macabro hallazgo y durante el registro de los domicilios de los fallecidos, la policía encontró los cadáveres de otras dos mujeres en la vivienda de Farica C., en la ciudad de Wittingen, cuya causa de muerte no ha sido todavía informada por la policía.