Esteladas, camisetas fluorescentes de color coral patrocinadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y lazos amarillos han ido poblando la avenida Diagonal de Barcelona desde horas antes del inicio de la manifestación independentista convocada con motivo de la Diada del 11 de septiembre.

Un año después del pulso político por el 1-O, la ANC se propone llenar casi de punta a punta la Diagonal, desde la plaza de les Glòries hasta el Palacio de Pedralbes, bajo el lema "Hagamos la República Catalana".

Un total de 460.000 personas, según la ANC, se han inscrito a alguno de los 37 tramos en que la entidad ha dividido la Diagonal para distribuir a los asistentes, muchos de los cuales van ataviados con la llamativa camiseta oficial de la convocatoria, de color coral -el mismo que tenían las bridas de las urnas del 1-O-, de las que se han vendido más de 275.000 unidades.

Este año, la reivindicación de la manifestación es doble: por una parte, la ANC reclama obedecer el "mandato" del 1-O y hacer efectiva la "república catalana" y, por otro, exige la puesta en libertad de los presos soberanistas y el retorno seguro de los "exiliados".

En solidaridad con ellos, muchos manifestantes lucen lazos amarillos o los dejan sobre el mobiliario urbano y portan pancartas con lemas como "Abrid las prisiones" o "Libertad presos políticos".

A lo largo de la Diagonal también se ha instalado una gran hilera de tractores, venidos de fuera de Barcelona, como los cerca de 1.500 autocares contratados por la ANC para traer a manifestantes de otras comarcas.

La acción programada por la ANC para este año consiste en generar una gran "ola sonora" a lo largo de la Diagonal, contando con la sincronización de los asistentes a la movilización.

Poco después de las 17.00 horas se pedirá a los manifestantes que guarden silencio; exactamente a las 17.14 horas se lanzará al cielo un cohete cuyo estallido marcará el inicio de la acción.

Las personas concentradas en el tramo 37, a la altura de la calle Castillejos, iniciarán entonces la "ola sonora" haciendo oír su voz, un griterío reivindicativo que irá avanzando progresivamente por la Diagonal, hasta el Palacio de Pedralbes, donde esta simbólica "fuerza de la gente" tumbará un muro metafórico, en alusión a los obstáculos por superar hasta llegar a la "independencia".

Posteriormente, se iniciarán los parlamentos a cargo de representantes de la ANC, Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia, así como de los abogados Ben Emmerson y Aamer Anwar.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y los consellers de su Govern han anunciado su participación en la marcha de hoy, que pretende ser el pistoletazo de salida de una serie de movilizaciones del soberanismo para este otoño con el fin de reclamar la libertad de los presos y el retorno de los "exiliados".