Los cerca de 10.000 miembros del grupo yihadista Estado Islámico detenidos en cárceles en el noreste de Siria por las autoridades kurdas suponen "una bomba de relojería" a nivel de seguridad, según un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.

"Supone una bomba de relojería tener sólo a la mejor parte de los 10.000 detenidos, muchos de ellos combatientes de extranjeros, y a decenas de miles de familiares en una situación que no es para nada segura", ha sostenido.

Así, ha dicho que el Gobierno estadounidense aboga por que "estas personas vuelvan a sus países de origen, ya sea para ser custodiados o para ser llevados ante la Justicia", según unas declaraciones publicadas por el Departamento de Estado.

"Dicho esto, confiamos mucho en la capacidad de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para garantizar la seguridad de todas las instalaciones de detención en la que hay detenidos, que es básicamente en todas, y para gestionar los campamentos de desplazados internos", ha agregado.

Sin embargo, ha reiterado que Washington "no quiere poner en riesgo nada de esto por motivos humanitarios, antiterroristas y otras razones".

Las hicieron el lunes un llamamiento a la comunidad internacional para que colabore en la manutención de los 12.000 miembros de Estado Islámico retenidos por las fuerzas kurdas en el noreste de Siria.

Las FDS, cuyo integrante principal es la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), es el principal aliado en Siria de la coalición que lidera Estados Unidos en su lucha contra Estado Islámico.