Nadia Calviño, la candidata española a la presidencia del Eurogrupo, no ha podido conseguir su objetivo. El cargo será ostentado por el Paschal Donohoe, el titular de la cartera de economía irlandesas. Donohoe se ha impuesto en la votación a la ministra española, Nadia Calviño y al candidato luxembugués Pierre Gramegna, que también aspiraba al puesto.

Paschal Donohoe tiene 45 años, casado y padre de dos hijos, es graduado en Ciencias Políticas y Economía. Pertenece al partido conservador irlandés y en el año 2017 se convirtió en titular de la cartera de Finanzas.

Antes de ser ministro de Finanza, ostentó la dirección de las carteras de Asuntos Europeos, después la de Transporte, Turismo y Deporte y por último la de Gasto Público y Reforma entre el año 2014 y 2016. En el año 2011 fue elegido por primera vez como miembro de la Cámara Baja de Dublín, tardando solo tres años en ocupar puestos de responsabilidad de gobierno.

Donohoe es reconocido en Irlanda como una persona importante en la salida de la crisis del año 2008. En 2010, Dublín pidió un importante rescate a Bruselas y al Fondo Monetario Internacional por 85.000 millones de euros y tuvo que aplicar durante tres años un durísimo plan de austeridad. También ha sido pieza clave en las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Es miembro del Partido Popular Europeo y en los últimos días ha insistido en su objetivo de trabajar "para trazar un camino común hacia adelante, para construir la recuperación europea, fortalecer la economía de la zona euro y establecer un crecimiento sostenible e inclusivo para los Estados Miembros y sus ciudadanos".

Donohoe representa un claro perfil conservador que tiene que buscar las medidas necesarias para solucionar las diferencias que mantienen los países del norte y el sur en el aspecto económico. En este sentido, su postura no tiene un punto de dirección fijo, ya que en varias ocasiones ha sido un firme defensor de la ortodoxia económica, aunque también se ha mostrado favorable por conseguir una mayor flexibilización en estos momentos duros pero a la vez claves para marcar el futuro de la economía del viejo continente.