Un tribunal del sur de Turquía deliberará una posible cadena perpetua para un agente de Policía que mató de un tiro a un joven sirio de 18 años en un puesto de control el mes pasado.

El fallecido, Alí al Hamdan, recibió un disparo en la ciudad de Adana el 27 de abril tras negarse a parar en un puesto de control policial como parte de las medidas de toque de queda contra el nuevo coronavirus, según las autoridades locales.

El toque de queda prohíbe a los menores de 20 años abandonar sus hogares, salvo algunas excepciones, como por motivos laborales o de salud. El sirio se dirigía a su trabajo, según dijeron los medios locales a sus familiares.

La oficina del gobernador de Adana indicó que el joven recibió un disparo "por accidente".

La acusación formal señala al agente como posible responsable de un "homicidio doloso" a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad y declaraciones de testigos, según la agencia oficial de noticias Anatolia.

Según el relato de la acusación, Al Hamdan se evadió en un primer momento de los agentes pero luego decidió detenerse y entregarse a las autoridades, momento en el que recibió el disparo que acabó con su vida.

El oficial de policía, que fue suspendido del servicio y arrestado poco después del incidente del tiroteo, ha negado las acusaciones, según la agencia oficial de noticias turca Anatolia.