El viernes 6 de abril de 2018, a plena luz del día, Javier y Guillermo Fernández tirotearon a su cuñado Luis Romero, Luisito, en las puertas del despacho de abogados del centro de Madrid en el que preparaba su declaración como acusado del asesinato de su suegro, el padre de los dos autores de la venganza.

Así lo ha sentenciado la Audiencia Provincial de Madrid, que, tras el veredicto del jurado, ha condenado a 21 años de prisión a Javier y a Guillermo, aunque ha absuelto a un tercer hermano al no quedar probado que estuviera en el lugar de los hechos.

En concreto, en frente del bar Villa de Narcea de la calle de Fernando el Católico de Madrid, del que salió Luisito pasadas las cuatro de la tarde de aquel viernes camino del despacho del abogado Marcos García Montes.

Tan solo tres días después, Luisito iba a ser juzgado en la Audiencia de Madrid junto a su padre por haber matado en 2015 a Juan Fernández.

El enfrentamiento no era nuevo, venía de atrás. Según los investigadores de la Guardia Civil, el asesinato de 2015 respondía a que Juan, la víctima, había intentado matar a una familiar de los Romero.

Finalmente, hubo juicio y fue condenado Rafael, pero su hijo Luis no sobrevivió a los disparos que realizaron Javier y Guillermo.

El tribunal considera probado que cada uno de ellos portaba un arma de fuego, en perfectas condiciones para disparar, y se acercaron de forma sorpresiva a la víctima, impidiendo cualquier posibilidad de defensa. Con la intención de acabar con su vida, le dispararon cada uno de ellos en la menos una ocasión.

Luis sufrió heridas por arma de fuego en la cabeza y en el hombro, y esta última le afectó al pulmón izquierdo y le produjo un sangrado que acabó con su vida.