El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido este mediodía a los reyes a su llegada a la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid para dar comienzo a la ceremonia de la Pascua Militar, que este año viene marcada por la pandemia, que ha obligado a retocar el programa del acto.

Al bajarse del coche oficial, don Felipe, con el uniforme de gala de almirante de la Armada, y doña Letizia han saludado a Sánchez, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y al de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Tras la interpretación del himno nacional y de las 21 salvas, el rey ha pasado revista a una formación de la Guardia Real acompañado por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, y el del Cuarto Militar, Emilio Gracia Cirugeda.

En esta ocasión y para respetar las recomendaciones sanitarias, los miembros de la formación han estado más separados y protegidos con mascarilla, en una mañana de intenso frío.

El acto va a continuar en el Salón del Trono, donde Felipe VI y Robles van a pronunciar sendos discursos ante las autoridades civiles y militares y otros invitados, cuyo número se ha limitado a un tercio por las restricciones sanitarias.

También van a estar los militares y guardias civiles a los que se les van a imponer las condecoraciones.

El resto de asistentes va a seguir el acto de forma telemática desde el Salón de Columnas.

Se ha suspendido además el vino de honor con el que tradicionalmente se cierra la ceremonia, la más importante de carácter castrense de todo el año, que fue instaurada por Carlos III en 1782 tras recuperar Mahón de manos de los ingleses.

Al margen de la pandemia, la Pascua Militar de este año tiene como telón de fondo las críticas que mandos del Ejército retirados hicieron al Ejecutivo de coalición a través de una carta enviada al rey y en un chat privado.