El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pretende abanderar el impulso de la autonomía estratégica de la UE y por ello está decidido a hacer de este asunto una de las prioridades de la presidencia europea que España desempeñará en el segundo semestre de este año.

La pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania han evidenciado los problemas que supone que Europa dependa excesivamente de países terceros en áreas como la energética, la alimentaria, la sanitaria o la tecnológica, ya que ha habido y sigue habiendo dificultades de suministro en esos ámbitos.

Por eso, Europa ha reaccionado con el inicio de un debate sobre la necesidad de potenciar su autonomía y cómo ir lográndolo paulatinamente, y el Gobierno quiere que España lidere ese camino.

En su comparecencia ante el pleno del Congreso el pasado 24 de enero para informar de las conclusiones de las dos últimas cumbres europeas, Sánchez ya expresó su intención de volcarse en ese objetivo.

Pero para reforzar ese papel de liderazgo, protagonizará este lunes en el Ministerio de Asuntos Exteriores un acto específico con el fin de ofrecer algunos detalles de cómo va a afrontar España ese desafío.

La base del trabajo del Gobierno al respecto se ha encomendado a la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, un organismo dependiente de Presidencia del Gobierno creado hace tres años.

Este departamento fue el encargado de coordinar un informe con el título "España 2050" para fijar prioridades y objetivos con ese horizonte temporal.

Fuentes del Gobierno señalan que la falta de mascarillas al inicio de la pandemia, los problemas de abastecimiento que afectaron después a sectores como los de la construcción o los automóviles y las carencias energéticas o alimentarias son un ejemplo de lo que Europa no puede permitirse en el futuro.

Por eso se ha puesto en marcha un proyecto de investigación en el que participan de momento 25 de los 27 socios de la UE (sólo faltan Irlanda y Hungría pero con la expectativa de que también se sumen) y unos 50 ministerios de diversos países en colaboración con la Comisión y el Consejo europeos.

Un proyecto con el que se quieren delimitar las principales vulnerabilidades de la UE en cuatro ámbitos concretos (energía, alimentación, salud y tecnologías digitales) y cuáles son las respuestas que hay que dar ante ellas.

Todo ese trabajo se pretende trasladar tanto a las reuniones que celebrarán los ministros europeos de diversas áreas durante la presidencia española de la UE, como a otros foros que se desarrollarán en ese contexto y a la cumbre extraordinaria de líderes que se celebrará en Granada el próximo 6 de octubre.

A esa cumbre en especial se pretenden llevar las conclusiones del estudio que se va a realizar en los próximos meses para que de allí salga un mandato sobre cómo debe actuar la UE para fortalecer su autonomía estratégica.

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Hasta esa fecha el Gobierno impulsará otra serie de encuentros con la sociedad civil y el mundo académico para que también puedan hacer aportaciones.