El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este domingo activar las políticas de solidaridad en toda España ante la llegada masiva de inmigrantes ilegales a Canarias, así como las relativas a la repatriación a los países con los que existen convenios.

Sánchez se ha referido a la situación que vive Canarias con la avalancha de inmigrantes en la conferencia de prensa posterior a la cumbre telemática de los líderes del G20.

Ante ello, ha defendido reforzar la colaboración con los países de origen y tránsito de estos inmigrantes y dar un mensaje inequívoco de lucha contra las mafias que trafican con seres humanos.

En caso de que los cayucos lleguen a las costas canarias, ha dicho que hay que ofrecer un atención lo más digna posible, como asegura que está haciendo el Gobierno a través de ministerios como el de Inclusión y Seguridad Social, el de Interior o el de Defensa.

A partir de ahí ha defendido "activar las políticas de solidaridad en todo el país y las políticas de repatriación".

A esas palabras se ha referido posteriormente el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en un mensaje en su cuenta de Twitter en el que ha revelado que ha hablado con Sánchez y que valora su mensaje destacando la necesidad de activar esas políticas de solidaridad en todo el país.

Torres dijo el pasado viernes, en una rueda de prensa junto al ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, que Canarias (a donde han llegado este año unos 18.400 inmigrantes en pateras) se opone a ser el único lugar de España en el que tengan que quedarse.

Sánchez, en su intervención, ha agradecido "el extraordinario ejercicio de solidaridad" ante esta situación tanto del Gobierno canario, como de los cabildos y municipios de las islas.

Ha ligado también el aumento de la llegada de inmigrantes ilegales a Canarias con el drástico empeoramiento de la situación económica en África debido a la pandemia de coronavirus.

Por ello, ha augurado que ese flujo va a continuar y ha recordado que países de tránsito como Marruecos u otros del norte de África, están sufriendo también la presión migratoria de otros subsaharianos.

En consecuencia, ante las comparaciones con la crisis de los cayucos de 2006, ha lamentado que se olvide que la actual se enmarca en una pandemia que ha cerrado fronteras en países de tránsito y, por tanto, dificulta las políticas de repatriación.