La Unión Europea ha reiterado este lunes su apoyo a la seguridad en la región del Sahel y la lucha contra el terrorismo y ha expresado su apuesta por desarrollar políticamente las relaciones con los países de la zona.

En unas conclusiones aprobadas por los Veintisiete, los países comunitarios señalan que la "profunda crisis de seguridad" que vive la región desde 2012 ha dañado sus perspectivas de desarrollo y consideran que la presión demográfica, el cambio climático y la falta de recursos naturales pone en riesgo los avances logrados los últimos tiempos.

La cuestión de la seguridad en Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger sigue siendo el aspecto principal que determina las relaciones con el Sahel, una región donde operan tanto Boko Haram como filiales de Estado Islámico y cuya estabilidad es consideraba clave para la propia seguridad del bloque.

Tanto es así que la UE cuenta con importante presencia militar en Malí, con una operación de entrenamiento de fuerzas locales, y con dos misiones civiles en Malí y Níger. Aparte, existe una alianza europea, de ocho países y liderada por Francia, que asesora, asiste y acompaña a las unidades de combate del Ejército maliense en la triple frontera de Burkina Faso, Malí y Níger, un territorio asediado por grupos armados.

En este sentido, las conclusiones apuntan a que la UE seguirá promoviendo una reforma de la seguridad en la región, en el que las fuerzas de seguridad interna "cuenten con un papel más central en el fortalecimiento de las relaciones de confianza entre poblaciones y Estado". Los Veintisiete quieren que se produzca una "sustitución progresiva" de las Fuerzas Armadas por fuerzas de seguridad interna para que, en un futuro, se puedan hacer cargo de la situación.

Además del apoyo en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo, la UE pretende conjugar una mayor estabilidad y seguridad con la promoción de principios democráticos como el respeto de los Derechos Humanos y a cuestiones humanitarias.

Igualmente, aspira a tener una relación más política, algo que queda reflejado en la nueva 'hoja de ruta' que habla de un "salto civil y político" en el Sahel. El objetivo es que una estabilización a corto plazo sirva para mejorar las perspectivas de desarrollo social, medioambiental y económico sostenible a largo plazo de la región, yendo a una relación que trascienda la participación militar.