Los socialistas no ven que el Gobierno haya entrado en crisis a cuenta de la derogación de la reforma laboral y creen que los dos socios mantienen una relación normal dentro de la coalición con las diferencias propias que se dan incluso en un Ejecutivo monocolor.

Han insistido en ello los portavoces del Senado, Eva Granados, y del Congreso, Héctor Gómez, quien ha subrayado en la Cámara baja que las dos partes lo que quieren es buscar una solución para avanzar en un nuevo marco legislativo laboral.

Según Gómez, no hay discrepancias tangibles sobre el contenido de lo que se debe modificar de la ley laboral del PP, en lo que básicamente coinciden con Unidas Podemos, ha asegurado, y continuarán hablando con sus socios para superar las discrepancias que tienen en cuanto al método y en concreto cómo encauzar la negociación, unas discrepancias que ayer volvieron a evidenciarse en la reunión que mantuvieron ambas partes.

Para el portavoz socialista, es evidente que la reforma es estructural y que afecta a muchas ramas de la gestión de lo público y, por tanto, en la recta final de la negociación cree que deben incorporarse otros ministerios, mientras que Unidas Podemos considera que tiene que ser la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la que dirija todo el proceso hasta el final puesto que lleva negociando con los agentes sociales desde el 17 de marzo.

Tampoco ve "batallas ni crisis" la portavoz del grupo socialista en el Senado, Eva Granados, al explicar que los dos socios se reúnen y "tienen sus criterios" dentro de una relación normal.

No se trata de "personalismos", ha afirmado, al referirse a la tensión que se ha generado entre la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y Yolanda Díaz sobre quien debe pilotar estas negociaciones para dejar sin efecto la ley vigente del mercado de trabajo.

Lo que hay, ha recalcado Granados, es un Ejecutivo determinado a actualizar el mercado de trabajo para volver a equilibrar "aquello que desequilibró el PP" con su reforma laboral en 2012.