La fiscalía pide once años de cárcel para los tres integrantes de un grupo que, presuntamente, detonó dos artefactos explosivos caseros en sendos cajeros automáticos exteriores de bancos de Alicante y de la pedanía ilicitana de Torrellano.
El juicio a los hermanos J.M. y R.L.A., ambos vecinos de Santa Pola, y C.C.R., de El Altet, será entre mañana y el viernes en el juzgado de Lo Penal número 8 de Alicante por unas sustracciones entre agosto y octubre de 2017 en las que se apoderaron de 9.550 euros, aunque causaron daños por unos 80.000.
Según la calificación del ministerio público, facilitada a Efe, supuestamente C.C.R. conducía un vehículo Seat León al que cambiaban las matrículas para la huida y los hermanos colocaban los artefactos explosivos, que previamente eran preparados, almacenados y transportados a los cajeros elegidos.
Con consecuencia de las deflagraciones, los restos de uno de los cajeros salió despedido a una distancia de 28 metros y el otro a 32.
A J.M.A., buscado por un juzgado de Málaga por incumplimiento de varias condenas de robo, se le pide una pena de 11 años y 3 meses por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con fuerza en las cosas, falsedad en documento público y tenencia de explosivos, mientras que para su hermano la solicitud es de 11 años y para C.C.R. de 10 años y 9 meses, por los mismos delitos.
En un registro se hallaron soportes metálicos de explosivos de 23 por 12 centímetros, un tarro de plástico con 255 gramos de una sustancia con perclorato potásico, azufre, aluminio y magnalium, y un cable de 8 metros con modificaciones para explotar un artefacto.