En la región ya había 2 millones de personas necesitadas de ayuda mientras que se estarían produciendo también desplazados

Las organizaciones humanitarias están seriamente preocupadas por la situación en la región de Tigray, donde desde hace una semana el Ejército etíope está llevando a cabo una operación militar contra las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray, y han pedido a ambas partes que se facilite el acceso para atender a la población afectada.

Según los datos de la ONU, en esta región norteña ya antes de la actual escalada había unas 600.000 personas que dependían de la asistencia alimentaria, así como 100.000 desplazados internos y casi 100.000 refugiados, en su mayoría eritreos.

En total, en Tigray hay más de 2 millones de personas necesitadas de algún tipo de asistencia mientras que se estima que cerca de 9 millones de personas que viven en las cercanías de las regiones etíopes vecinas o del otro lado de la frontera están en alto riesgo debido al conflicto.

Dado que las líneas telefónicas están cortadas, la ONU y las ONG están teniendo problemas para recabar información precisa sobre la situación y las necesidades de la población afectada, así como de las eventuales víctimas de los combates y bombardeos.

Además, según informa la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU en su último informe, los bancos han cerrado y está prohibido el transporte desde y hacia Tigray con lo cual están surgiendo problemas de abastecimiento de bienes esenciales.

Pero sobre todo preocupa la situación de la población civil, puesto que "los civiles atrapados en el fuego cruzado siempre pagan el precio, especialmente niños, mujeres, ancianos y discapacitados y es de vital importancia protegerlos".

Por ello, "los socios humanitarios piden a las autoridades federales y regionales que faciliten el acceso humanitario para llegar a las personas necesitadas en las zonas bajo su respectivo control", ha señalado la OCHA, subrayando que a las necesidades existentes se están sumando más por el conflicto.

Según la oficina de la ONU, hay informaciones de desplazamientos de población dentro de Tigray y hacia las regiones vecinas, sin que por el momento haya datos precisos sobre el número de desplazados.

REFUGIADOS EN SUDÁN

Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó el miércoles de que más de 7.000 etíopes habían cruzado en dos días la frontera con Sudán, cuyas autoridades temen que la cifra alcance los 200.000 refugiados.

Así las cosas, el responsable de ACNUR en la localidad fronteriza sudanesa de Jashm al Qirba, Mohamed Rafiq Nasri, ha anunciado que la agencia de la ONU suministrará aviones y vehículos para trasladar a los refugiados llegados a un nuevo campamento que se va a instalar en la zona de Um Rakoba, en Gadarif, informa el portal Sudan Tribune. Dicho campamento estará a 76 kilómetros de la frontera.

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Entre quienes están cruzando la frontera con Sudán figuran también algunos elementos armados. En este sentido, la responsable de ACNUR en el país, Ann Encontre, ha indicado a la agencia Bloomberg que las autoridades sudanesas están "desarmando a los combatientes antes de permitirles entrar".

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció el pasado 5 de noviembre una ofensiva militar contra el TPLF tras denunciar ataques contra las bases del Ejército del país en Tigray, la región norteña que gobierna este partido.

El conflicto es la culminación del pulso que el TPLF, que fue durante años el partido fuerte dentro de la coalición de gobierno en Etiopía, mantiene con Abiy desde su llegada al poder en abril de 2018. En el marco de la ofensiva, el primer ministro ha informado de bombardeos aéreos sobre posiciones militares del TPLF y las autoridades federales han informado de al menos 550 combatientes de Tigray muertos, sin que por ahora haya datos sobre eventuales víctimas civiles.