Sánchez claudica ante el separatismo y supedita su investidura a ERC o Bildu
PP y Ciudadanos creen que el PSOE ha protagonizado un teatro para acabar arrodillado y ganarse los votos del PNV
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Actualizado 20 jun 2019
PP y Ciudadanos consideran que la cesión este miércoles del PSN en el Parlamento de Navarra es la prueba fehaciente de que Pedro Sánchez nunca ha tenido intención de pactar con los constitucionalistas, y que la insistencia en pedirles que se abstengan en su investidura era solo una maniobra de distracción para ocultar su verdadera hoja de ruta: la de pactar con los independentistas.
Lo vivido en la comunidad foral ha sido un teatro en el que los socialistas han amagado con no ceder, con romper las negociaciones con Geroa Bai, para “tragar al final”, apuntan, y permitir incluso que Bildu esté no con sus votos, pero que esté, en la Mesa del Parlamento. Y esta obra tendrá, subrayan, un segundo acto y un final que ya está escrito: el que llevará a la presidencia del Ejecutivo a la socialista María Chivite con el visto bueno o la abstención, eso sí, de Bildu, porque la aritmética no permite otra cosa. Y a ver qué hace la nueva presidenta el día después con un cuatripartito sin fuerza suficiente para llevar a la práctica cualquier proyecto, y con una comunidad, por ello, ingobernable.
Pablo Casado acusaba a Sánchez de haber traicionado a Navarra, y la diputada Ana Beltrán aseguraba que el PSN “ha claudicado y se ha arrodillado” ante el PNV. De la misma opinión son en Ciudadanos. Para su portavoz parlamentaria, Inés Arrimadas, el presidente en funciones, se ha vuelto a equivocar, como hacen siempre los socialistas, que “eligen mal” y optan por ceder ante los independentistas.
A Sánchez no le queda ya más opciones que lograr la abstención de ERC o de Bildu para sacar adelante su investidura, pese a que en un principio fue lo que precisamente quiso evitar a través de la "vía navarra"; esto es, los votos a favor de UPN si Sánchez cedía y permitía que Navarra Suma gobernara en la región. Esta maniobra hubiera provocado el enfado del PNV, cuyos votos eran vitales para el socialista.
Ahora, Sánchez sólo necesita que se abstengan los cuatro diputados de Bildu o los de ERC para ser presidente. Una factura que en Ferraz están dispuestos a pagar para mantenerse en Moncloa. El sueño de no depender a los independentistas quedó este miércoles enterrado en Navarra.
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