Tres voluntarios de la organización local Violet han muerto este jueves tras resultar alcanzada la ambulancia en la que evacuaban a una mujer herida durante los bombardeos aéreos que se han producido en la zona de Maaret al Numan, en la provincia de Idlib, ha informado el propio grupo.

Según la ONG, "los aviones de guerra directamente atacaron una de nuestras ambulancias en la zona de Maarat al Numan, donde nuestros paramédicos de emergencia estaban trabajando y ofreciendo asistencia de rescate clave a los afectados por los ataques".

En el bombardeo han muerto los tres voluntarios así como la mujer, "a la que el equipo había rescatado con éxito y se disponía a trasladar a un hospital cercano". Además, ha añadido Violet, "otros tres paramédicos han resultado gravemente heridos".

La organización humanitaria ha "condenado firmemente el ataque contra instalaciones sanitarias, ambulancias y trabajadores humanitarios" y ha expresado su compromiso "con la causa de nuestras familias en Siria, independientemente de la circunstancia" y con ayudar a los cuatro millones de sirios que viven en Idlib y el norte de Alepo.

"Pedimos a la comunidad internacional que emprenda acciones inmediatas para garantizar la protección de los trabajadores humanitarios", ha reclamado la organización, que ha suspendido por hoy sus actividades. "Nosotros en Violet no podemos permitirnos perder vidas humanas en nombre de la destrucción", ha añadido.

Los Cascos Blancos, una organización de rescate que trabaja solo en las zonas de Siria no controladas por el régimen, ha confirmado el "ataque directo" contra la ambulancia y ha expresado su condena por lo sucedido.

Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos también ha confirmado el ataque y ha informado de bombardeos aéreos adicionales contra zonas en el sur de Idlib, en los que han muerto otras once personas, entre ellas niños, según DPA.

Entretanto, activistas locales han indicado que diez personas han resultado heridas en los bombardeos de la aviación siria contra la localidad de Mastumé, a las afueras de Idlib.

La escalada de violencia que desde finales de mayo se viene registrando en el noroeste de Siria, en particular en Idlib, último bastión de los rebeldes que luchan contra Bashar al Assad, deja ya al menos 230 civiles muertos y 330.000 desplazados, según los últimos datos de Naciones Unidas. Según el Observatorio, al menos 473 civiles, entre ellos 115 niños, han muerto por la violencia en Idlib y Hama desde finales de abril.