Al menos 25 desplazados internos murieron en un ataque de un grupo armado ocurrido la noche del domingo en la región Centro Norte de Burkina Faso, según ha denunciado este miércoles el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El ataque tuvo lugar cerca de la localidad de Ouintokoulga, en la provincia de Sanmatenga, y su objetivo fue un convoy en el que viajaban 46 personas. Según los supervivientes, los asaltantes separaron a los hombres y mataron a 25 de ellos, mientras que también hubo un herido, al que dieron por muerto. El grupo armado liberó posteriormente a mujeres y niños antes de huir.

"Estamos devastados por la noticia de este acto brutal y cruel", ha reconocido la representante de ACNUR en Burkina Faso, Ioli Kimyaci. "Civiles inocentes están en busca de seguridad pero en lugar de ello pagan con sus vidas con alarmante frecuencia", ha lamentado.

El resto de personas que viajaban en el convoy consiguieron llegar a Pissila, localidad situada a 9 kilómetros, donde personal de la ONG ICAHD, socia de ACNUR, les está brindando apoyo psicológico tras lo vivido. El ataque se produjo cuando los desplazados regresaban a sus casas desde Pissila con la esperanza de que la situación de seguridad hubiera mejorado.

Burkina Faso es a día de hoy la crisis de desplazamiento de más rápido aumento a nivel mundial. En la actualidad hay más de un millón de personas desplazadas, lo que supone uno de cada 20 habitantes, como resultado de la incipiente violencia obra de los grupos yihadistas pero también de carácter intercomunitario.

En lo que va de año, según el proyecto ACLED que hace seguimiento a la violencia en el mundo, ha habido 694 incidentes violentos en el país, incluidos 326 que han tenido a la población civil como víctima, y ha habido casi 2.800 fallecidos.