El cadáver fue localizado durante las tareas de extinción del incendio supuestamente provocado por los hermanos para ocultar el crimen

Este miércoles arranca en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña el juicio por el conocido como el crimen de Toques, destapado por los servicios de extinción de incendios de la Xunta, que localizaron un cuerpo completamente calcinado en una zona forestal de Toques (A Coruña) a la que acudieron para sofocar un incendio supuestamente provocado por dos hermanos para deshacerse, ayudados por su primo, del cadáver de Julio Lea Casal, un vecino con el que tenían mala relación.

En el banquillo se sentarán dos hermanos del Ayuntamientos de Toques (A Coruña), para los que Fiscalía pide 18 años y cinco meses de cárcel. También está acusado un primo de los procesados quien, presuntamente, colaboró en las tareas para tratar de ocultar el crimen, descubierto pocas horas después de haberse cometido.

El suceso se remonta a la primavera de 2019. Según recoge el escrito de acusación de Fiscalía, los hermanos, que residían juntos, y el fallecido, de 59 años, eran vecinos de la misma parroquia. Sus casas se encontraban a poca distancia y su relación era muy mala desde hace años, con continuos enfrentamientos y "rencillas familiares" que eran conocidas en la zona.

El relato de los hechos elaborado por el Ministerio Público sitúa el crimen después de las 19,00 horas de la tarde del 27 de marzo, cuando la víctima se encontró con los hermanos en las proximidades de la casa de los acusados.

A raíz de este encuentro se produjo una discusión que, según Fiscalía, derivó en una pelea en la que Julio Lea recibió tres golpes en la cabeza con un objeto similar a una maza que le provocaron la muerte.

A continuación, los acusados llamaron a un primo que se presentó en el domicilio de los hermanos para ayudarlos a ocultar el crimen. Los tres trasladaron el vehículo y el cuerpo del fallecido hasta un área forestal del lugar de A Capela, en el término municipal de Toques. Allí, prendieron fuego al coche y al cadáver con una garrafa de gasolina y abandonaron el lugar.

Este acto provocó un incendio forestal que arrasó 35 hectáreas y que obligó a intervenir a los servicios de extinción de la Xunta, quienes dieron el aviso a la Guardia Civil tras encontrar el cadáver "completamente calcinado" junto al coche.

Los tres acusados fueron detenidos meses más tarde del crimen, en junio de 2019. El juzgado decretó el ingreso en prisión provisional para los dos hermanos, que permanecieron encarcelados de forma preventiva durante un año.

Así las cosas, Fiscalía considera a los dos hermanos culpables de un delito de homicidio, otro de profanación de cadáver y otro de encubrimiento, lo que suma una petición de penas de 18 años y cinco meses de cárcel.

Para el tercero de los acusados solicita seis años de prisión por un delito de profanación de cadáver, otro de daños y un delito de encubrimiento.

Además de las penas de cárcel, también propone que indemnicen a los hermanos de la víctima, que estaba soltero y no tenía hijos, y que sufraguen los gastos derivados de las tareas de extinción del incendio provocado al tratar de ocultar el crimen.