La prensa vuelve a coincidir. Al menos, en tres de las cuatro cabeceras que se editan en Madrid para toda España. Si en los días previos a la manifestación de este domingo los editoriales fueron unánimes en criticar a Pedro Sánchez tras la decisión de incluir a un relator o intermediario en el diálogo con los independentistas catalanes, en esta ocasión solo El País se ausenta en llamar la atención del presidente del Gobierno, y dedica su espacio de opinión a los chalecos amarillos y el lío entre Italia y Francia. En cambio, en ABC, La Razón y El Mundo, los editoriales son mucho más duros con el jefe del Ejecutivo:

ABC: Es la hora de la Nación

El periódico de Vocento indica que las elecciones "son la única vía admisible que le queda a Sánchez", quien se ha convertido en "un espejismo de presidente" y en un "político muy dañino" para España. En su editorial, critica que el jefe del Ejecutivo ha superado "cualquier límite imaginable" en su afán por conservar el poder y "aislar" al Partido Popular. "No es legítimo que un presidente del Gobierno ejecute políticas que vulneran la Constitución", concluye.

La Razón: Sánchez, obligado a ir a elecciones

Este diario culmina su espacio de opinión diciendo que ahora es a Sánchez a quien "le toca aceptar que la sociedad española demanda mayoritariamente su derecho a ir a las urnas" ante "un grave desgaste institucional al Estado" y después de "una de las mayores manifestaciones de los últimos años" en nuestro país, a pesar del "insólito intento de menospreciar el éxito de participación" de la "izquierda radical".

El Mundo: Rotundo clamor en favor de la Constitución

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La rotativa de Unidad Editorial alude a la "insensata, temeraria y personalista" gestión de Sánchez para pedir elecciones. Da tres argumentos, además: su incumplimiento de convocarlas inmediatamente después de la moción de censura, como prometió; "el daño perpetrado a la igualdad del Estado por las reiteradas cesiones al separatismo"; y su "incapacidad para defender el prestigio de las instituciones". El Mundo señala a un Gobierno "dependiente" del independentismo catalán.