Sandra Sánchez.

Las elecciones internas para elegir a la nueva dirección de En Marea, que tendrían que haberse celebrado con normalidad entre el pasado sábado día 1 de diciembre a las 9:00 de la mañana y el lunes día 3 a la misma hora, siguen sin fecha y continúa además el fuego cruzado de acusaciones.

Sin embargo, aunque las dos corrientes enfrentadas en el proceso, la lista Coidando a Casa, encabezada por el actual portavoz, Luís Villares; y Entre todas, liderada por el exdiputado en las Cortes David Bruzos y arropada por Podemos, Anova, Esquerda Unida y las mareas municipales de A Coruña, Santiago y Ferrol, piden celeridad para reactivar el proceso, lo cierto es que no parece inminente.

Desde la dirección, han señalado a Efe diversas fuentes, no permitirán que se reactive la votación hasta que se tenga conocimiento exactamente de lo sucedido durante la supuesta "intrusión" en el censo de la confluencia.

Para ello, dicen haber encargado dos auditorías de las que previsiblemente se conocerá esta misma semana el resultado, aunque desde el sector crítico aseguran no tener constancia de la solicitud de informe alguno al respecto.

Así las cosas, la desconfianza entre ambos bandos es palpable, y ninguno parece dar su brazo a torcer.

De hecho, las formaciones Podemos e Izquierda Unida han emitido sendos comunicados urgiendo la reactivación del proceso al sostener que el órgano que paralizó las votaciones, una vez iniciadas, no tiene competencia alguna para hacerlo.

Petición a la que ha respondido hoy el portavoz de En Marea, Luís Villares, que ha defendido en declaraciones a la prensa que "merece la pena" posponer el proceso de renovación interna de la dirección del partido hasta que existan garantías de que el mismo va a transcurrir de forma legal y conforme establece el reglamento.

"La pregunta que quiero lanzarle directamente al conjunto de la gente que ahora quiere votar de cualquier manera es: ¿Qué es mejor: esperar una semana o dos y votar con garantías o votar y después tener que anular la votación?", ha manifestado en sus palabras a los medios de comunicación en el Parlamento gallego.

En este sentido, Villares incluso ha lanzado un dardo a la formación morada, Podemos, al hacer referencia a las primarias anuladas por el partido de Pablo Iglesias en Leganés tras detectarse presuntas irregularidades en el censo, y le ha dicho a la formación morada que no quiera para En Marea "lo que no quieren para ellos".

Por tanto, ha remarcado Villares, actual líder de la confluencia gallega, dentro de En Marea -después de una supuesta intrusión en el censo- "todo el mundo va a votar y va a votar con plenas garantías" para no tener que "pasar la vergüenza de después tener que anular unas elecciones".

Ante este panorama, conscientes de que este escenario no es positivo para nadie, insisten desde ambos bandos en que, pese a las discrepancias continuas, no existe riesgo de ruptura.

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Pese a ello, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha admitido que la polémica que ha rodeado estas semanas a la confluencia gallega podría tener un "coste" electoral, que deberían evitar.

La receta que recomienda para que eso no suceda es "diálogo", por lo que la previsión es que en algún momento ambos sectores lleguen a un acuerdo que permita reconducir la situación y elegir una nueva dirección.