El primer juicio al excomisario José Manuel Villarejo por valerse presuntamente de su cargo para negocios privados pone rumbo esta semana al "visto para sentencia" con el informe final de su defensa y la última palabra del expolicía, que se enfrenta a una petición de más de 80 años de cárcel.

Casi un año después de que la Audiencia Nacional diese inicio a la vista oral por tres de las numerosas piezas del denominado caso Tándem en las que Villarejo está investigado, el tribunal celebra esta semana las tres últimas sesiones de un procedimiento que ha sentado en el banquillo a casi una treintena de acusados.

Los magistrados escucharán a partir de este lunes los alegatos finales del excomisario, que no descarta intervenir para desglosar algunas de las líneas maestras del informe final que expondrá su abogado, Antonio José García Cabrera, durante la jornada de hoy y la de mañana.

Además de subrayar las causas de nulidad en las que cree que se ha incurrido en el procedimiento, el letrado tratará de combatir las acusaciones de cohecho que pesan contra su cliente, a quien el fiscal acusó de haber actuado como un "policía corrupto" envuelto en "la bandera del patriota" buscando siempre un "ánimo de lucro permanente" y presuntamente consentido por la cúpula policial o sus "responsables políticos".

Acusaciones que pretende sacudirse el abogado de Villarejo, que ya advirtió al tribunal que contestaría al fiscal ante lo que consideraba que eran insultos a su cliente.

Villarejo, acusado de servirse de su cargo y de sus contactos en la Policía para recabar datos confidenciales de terceros a cambio de dinero, ha mantenido durante todo el juicio que fue un "agente de inteligencia" que trabajó "al servicio del Estado" durante años, en los que utilizó sus empresas privadas como "cobertura" para los diversos encargos que, insiste, le hicieron "diferentes gobiernos".

Una teoría que a buen seguro volverá a defender durante el turno de la última palabra de los acusados, previsiblemente el martes por la tarde, en la que el excomisario, detenido por estos hechos en 2017 y que ha estado más de tres años en prisión preventiva, tendrá la última oportunidad para dirigirse al tribunal.

Junto a él, la treintena de acusados que se sientan en el banquillo también podrán ejercer su derecho a la última palabra, momento en el que el juicio quede visto para sentencia. Será la primera sentencia de Villarejo por el caso Tándem.

El juicio ha girado en torno a tres proyectos encargados a Villarejo: Iron -un presunto espionaje de un despacho de abogados a la competencia-, Land -relacionado con la disputa familiar entre las herederas de la urbanización de lujo La Finca en Madrid-, y Pintor -presuntamente encargado por unos empresarios, entre ellos Juan Muñoz, marido de la periodista Ana Rosa Quintana, para obtener información sobre una persona con la que tenían un pleito-.

Además de Villarejo están acusadas las personas que lo contrataron (la mayoría han llegado a un acuerdo con la Fiscalía), varios mandos policiales acusados de ayudarle a conseguir información confidencial y otros supuestos colaboradores del comisario en el grupo Cenyt -entramado que recibía los encargos-, entre ellos su mujer y su hijo.