Josep Ramon Bosch ha anunciado este miércoles su dimisión como presidente de Societat Civil Catalana (SCC) y la celebración de una asamblea extraordinaria el próximo día 26 que deberá sentar las bases del futuro inmediato de esta entidad partidaria de la unidad de España.

En una rueda de prensa en la sede de SCC, Bosch ha sostenido haber cumplido con "el encargo" que considera que recibió de los socios cuando fue elegido presidente de la entidad en enero de este año para gestionar la crisis interna de esta asociación.

El 20 de diciembre de 2018 la Junta Directiva de SCC destituyó al hasta entonces presidente de la entidad, José Rosiñol, y a otros tres miembros de su cúpula por "desacuerdos en los procesos de toma de decisiones, completamente ajenos a criterios ideológicos", según indicó en ese momento la entidad.

El próximo 26 de junio los socios elegirán a una nueva Junta Directiva formada por 15 personas que deberá pilotar el futuro de la entidad.

"Me retiro de SCC, pero no del mundo de la política", ha señalado Bosch, que ha dicho haber recibido propuestas de varios partidos políticos para formar parte de sus listas electorales y que las ha rechazado todas.

Existe a esta hora un "diálogo entre diferentes familias" de cara a la inminente asamblea extraordinaria, ha apuntado asimismo, y ha admitido que "hacer un mínimo común denominador es muy difícil" en SCC debido a "las tensiones internas e ideológicas tremendas" que comporta que en el seno de esta entidad convivan "tantas sensibilidades" cercanas a distintos partidos.

Bosch, por ejemplo, es defensor de la inmersión lingüística en las escuelas públicas y de "la nación catalana", algo que reconoce que otros socios de SCC no comparten.