Morimoto, el japonés que se alquila para no hacer nada y triunfa
La realidad supera en muchos casos la ficción y buena muestra de ello es el caso de un japonés Shoji Morimoto que a sus 37 años se autoalquila para no hacer nada
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Actualizado 11:02
La realidad supera en muchos casos la ficción. Y buena muestra de ello es el caso de un japonés Shoji Morimoto. A sus 37 años,este hombre se 'autoalquila' para no hacer nada, o al menos hacer lo menos posible, sin tapujos y sin ocultarlo. Lejos de parecer un trabajo peregrino, Morimoto ha triunfado con esta idea que ya puso en marcha en 2018. Como todo lo importante para conseguir el éxito, es ser el primero en dar el paso y fue su caso. Desde entonces ya le han contratado más de 3.000 personas.
Y, ¿en qué consiste el servicio que ofrece? "Comer y beber" además de "dar contestaciones sencillas", no hay más ni tampoco se le puede exigir más. Exactamente dice en su oferta "te rento una persona que no hace nada. Siempre acepto solicitudes. Solo debes pagar 10.000 yenes- 80 euros-, gastos de transporte desde la estación y la comida y la bebida. Solicitudes y consultas por mensajes directos".
Te rento una persona (yo) que no hace nada. Siempre acepto solicitudes
"La gente me alquila todos los días para que no haga nada", ha dejado claro Morimoto en una entrevista BBC Mundo. Este japonés cuenta con una legión de seguidores en las redes sociales, nada menos que 270.000 en su cuenta de Twitter, donde además informa de sus servicios, además de un programa de televisión sobre su negocio, y un libro en ciernes.
ペルー人の友達から「何もしない自分をレンタルする日本人」について質問がきた。
— green verde 912 (@MidoriM912) January 23, 2021
世界で有名な人みたいだけれど、私は全く知らなくて、このモリモトさんの仕事(見知らぬ他人に寄り添う系の仕事依頼が来て自分をレンタル)をどう説明するべきか少し困った。。。
https://t.co/yBI2Y1Oc0t
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Morimoto estudió Física y tuvo numerosos trabajos antes de dar con la clave del éxito. Pero ninguno le llenaba, ni le gustaban sus cometidos ni sus jefes. Además sus amistades y conocidos siempre le recriminaban que en las celebraciones fuera poco más que un convidado de piedra. Por eso se le ocurrió la idea de sacar beneficio a esta aparente desventaja.
Y pensó en alquilarse él mismo para no hacer nada, solo cosas sencillas, como guardar una cola, dar un paseo con alguien, acompañante en una comida o de compañero para hacer gestiones, incluso ha confesado que en una ocasión le contrataron para acudir a una estación de tren y despedir a una persona que se mudaba de ciudad, según recoge este medio al que reconoce que muchos ven en él una válvula de escape para poder contar a alguien cosas que no se atreven a confesar a otros.
Aunque al principio su afición no tuviera ánimo de lucro, lo cierto es que a Morimoto no le va nada mal, ahora gana dinero que le da incluso para vivir bien y poder mantener una familia.
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