Un informe interno de la Policía de Japón ha señalado que existía una "falta de medidas de seguridad efectivas" antes del ataque contra el primer ministro, Fumio Kishida, que tuvo lugar cuando daba un discurso en plena calle en la ciudad de Wakayama, en el sur del país.

El texto, finalizado este jueves, señala que los agentes fracasaron a la hora de poner en marcha este tipo de medidas en el marco de la campaña electoral del pasado mes de abril, si bien solicitaron a los organizadores de los actos de campaña que dispusieran de una zona de recepción para los asistentes en la que instalar detectores de metales.

Sin embargo, la organización, incluida la rama local del partido de Kishida, no cumplieron con estos requisitos por considerar que los asistentes serían fundamentalmente seguidores del primer ministro y miembros de la formación, según ha indicado la Agencia Nacional de Policía en su informe.

"Trabajaremos de forma más exhaustiva con los organizadores de este tipo de eventos para incrementar las medidas de seguridad", ha dicho el comisario general de la Agencia Nacional de Policía, Yasuhiro Ysuyiki, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Kiodo.

El incidente tuvo lugar a mediados de abril, cuando un joven lanzó un artefacto explosivo que expulsó humo blanco. Si bien fue detectado por los agentes sobre la marcha, posteriormente se halló un segundo artefacto similar entre las posesiones del sospechoso.

El ataque se produjo menos de un año después de que el ex primer ministro Shinzo Abe fuera asesinado durante un mitin, una cuestión que ha puesto en tela de juicio la seguridad con la que cuentan políticos y altos cargos en el país. El propio Kishida ha asegurado "no se tolerarán actos violentos" contra candidatos a las elecciones y ha instado a aumentar las medidas de seguridad durante la campaña.