Con la precampaña en marcha, los partidos han tomado el Congreso como un espacio electoral, que el Gobierno ha utilizado para retar al PP y a Cs a que demuestren todas esas "mentiras" que continuamente vierten sobre la cesión del Ejecutivo a las exigencias independentistas de Quim Torra.

La crisis de Cataluña se ha convertido en el arma arrojadiza del penúltimo pleno del Congreso en el que la vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, se han enzarzado con PP y Cs, a los que han acusado de vivir de mentiras a cuenta de supuestas cesiones a los separatistas.

"Una sarta de mantras mentirosas e ignorantes" ha calificado Calvo, emplazando a la portavoz del PP, Dolors Montserrat, a que demuestre con "un solo hecho jurídico" que el Gobierno ha claudicado ante los independentistas.

Montserrat se ha limitado a repetir las acusaciones de que han pactado con los que quieren romper España, advirtiendo a Pedro Sánchez de que pasará a la historia "como el cómplice de Pedralbes y el traidor de Moncloa".

En un clima parecido y en términos similares se ha producido el debate entre Batet y el portavoz de Cs, Juan Carlos Girauta, a quien la ministra ha acusado de falsear la gestión del Gobierno en Cataluña con el fin de sacarle rédito electoral.

Como Calvo, Batet también ha intentado rebatir una por una las acusaciones de Cs mientras que su portavoz ha vuelto a denunciar la "connivencia" de los socialistas con los secesionistas, que ha hecho que "campen más a sus anchas" y que la tensión haya crecido desde que gobierna Sánchez.

También a cuenta de Cataluña se han enzarzado Pedro Sánchez y Albert Rivera, aunque en este caso han ido más al ataque frontal por el "cordón sanitario" que el líder de Cs ha puesto al PSOE y a su secretario general ante posibles pactos electorales.

Detrás de este veto, otra vez la rendición de Sánchez ante los independentistas, según Rivera, que ha tratado de llevarle a su terreno, sin éxito, para que el presidente diga claramente antes del 28 de abril si va a negociar "con Torra, Rufián y Puigdemont" una mesa de diálogo con un mediador sobre "los 21 puntos inaceptables" planteados por Torra.

Otro frente se ha abierto con la moción que ha defendido la diputada popular Alicia Sánchez Camacho para iniciar los trámites necesarios para destituir a Torra y aunque esta iniciativa se vota el jueves, no ha logrado el consenso para sacarla adelante.

Lo que si ha servido es para volver a escenificar la brecha entre el Gobierno, por un lado, y el PP y Ciudadanos por otro en la cuestión de Cataluña, que han tenido también que escuchar duras críticas por parte del PNV y los independentistas.

Con un tono vehemente ha hablado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien ha acusado al PP de mentir con Cataluña buscando un interés electoral y ha emplazado a este partido a que diga qué ha incumplido la Generalitat para justificar otro 155.

Desde el bloque de los partidos independentistas, Jordi Xuclà (PDeCAT) ha acusado a los populares de apostar por una política que fracasó el 1 de octubre, mientras que Gabriel Rufián (ERC) ha asegurado que solo dicen mentiras.

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Ha habido una vertiente más sobre Cataluña en esta penúltima sesión de control, entre el Ejecutivo y los separatistas, cuando Calvo en una pregunta del portavoz de los republicanos catalanes, Joan Tardá, le ha advertido de que dialogar no es imaginar cosas "que son una quimera imposible", refiriéndose al referéndum de autodeterminación.