El Gobierno de Etiopía han denunciado este miércoles el asesinato de 22 miembros de las autoridades interinas establecidas en la región de Tigray (norte) en ataques supuestamente perpetrados por el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), que gobernaba en esta zona del país hasta la ofensiva militar desencadenada en noviembre de 2020 por Adís Abeba.

Las autoridades han denunciado que los ataques del TPLF contra "líderes civiles y personal de la Administración Provisional en Tigray" se han saldado hasta la fecha con 22 muertos, cuatro muertos y 20 secuestrados.

Asimismo, ha señalado que los ataques fueron perpetrados por "combatientes del TPLF que dicen combatir por el pueblo de Tigray pero que, por contra, participan activamente en la destrucción de propiedades, secuestro y asesinato de miembros de la Administración Provisional encargados de lograr estabilidad en la región".

"Además, el TPLF ha seguido quemando viviendas y disparando municiones contra viviendas", ha manifestado, antes de recalcar que el Ejército etíope y la Administración provisional "siguen comprometidos con estabilizar la región y hacer que los responsables rindan cuentas".

Las autoridades anunciaron en diciembre la composición del nuevo gobierno en la región de Tigray, semanas después de asegurar que la ofensiva militar contra el TPLF había concluido, si bien la zona sigue siendo escenario de ataques y enfrentamientos.

Posteriormente, la cámara baja del Parlamento de Etiopía aprobó a principios de mayo la declaración como grupos terroristas del TPLF y el grupo rebelde Ejército de Liberación Oromo (OLA), días después de que el Gobierno respaldara una resolución en este sentido.

El TPLF fue el partido fuerte dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias, y, tras ser apartado del poder con la llegada de Abiy, procedió a distanciarse del Gobierno central.

Las tensiones aumentaron y llevaron a Abiy a ordenar una ofensiva contra el TPLF en octubre de 2020, a raíz de un ataque del grupo contra la principal base del Ejército en la capital de la región de Tigray (norte), que se saldó con numerosas bajas entre los militares y el robo de material bélico.

La ofensiva en Tigray, en la que tropas eritreas participaron del lado del Ejército etíope, ha provocado una grave crisis humanitaria, con el desplazamiento de decenas de miles de personas y la destrucción de parte de la infraestructura de Tigray, lo que ha hecho saltar las alarmas entre la comunidad internacional.