España llevará a Turquía el programa que en 2014 puso en marcha en las prisiones españolas para vigilar a los presos yihadistas con el objetivo de evitar posibles atentados dirigidos desde las cárceles o la radicalización de los internos.

En una entrevista con Efe, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, avanza que en las próximas semanas se desplazarán a Turquía los funcionarios españoles para implantar el plan después de que la UE haya elegido a España como país director del mismo.

De esta forma, los funcionarios españoles formarán a sus compañeros turcos sobre el plan de control de presos para prevenir la radicalización que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias inició en 2014 y el programa voluntario de desradicalización que emprendió dos años después.

Sobre el primero, Ortiz ha señalado que actualmente hay sometidos a control los 255 presos yihadistas que están encarcelados en medio centenar de centros penitenciarios españoles divididos en tres grupos. Al primero, el A, pertenecen 128 que son los reclusos preventivos o penados por hechos relacionados con el terrorismo yihadista y de los que más de la mitad tienen nacionalidad española.

Otros 43 (9 cuando empezó el programa) están incluidos en el grupo B, el de presos que no están condenados por terrorismo pero sí se detecta en ellos una actitud de liderazgo o proselitista, es decir, carismáticos que pueden llegar a ser captadores o reclutadores, en tanto que en el último se hace seguimiento a 84 presos (33 en el inicio del programa).

Estos últimos son internos también bajo la lupa a los que se les controla por presentar indicios de fanatismo o por sufrir una situación de frustración personal o de exclusión social que les hace más vulnerables a la captación y radicalización.

Ortiz ha señalado que el programa está dando buenos resultados y prueba de ello es el interés en el entorno internacional.

Menos éxito, reconoce, está obteniendo por el momento el programa de desradicalización. Tras dos años solo 15 internos se han apuntado: "El programa de tratamiento es voluntario, si no se quiere hacer...".