Ángel A. Giménez

El grupo parlamentario del PP ha logrado "la nueva normalidad" interna gracias a Cuca Gamarra durante la semana en la que ha dado la espalda a su exportavoz, Cayetana Álvarez de Toledo.

Diputados que se sentían desplazados, que no hablaban con la dirección, que no sabían qué mensaje dar según qué áreas; ausencia de coordinación y de diálogo... Son algunas de las quejas sobre la forma de funcionar que había antes y que varios parlamentarios del PP han ido lanzando estos días, en conversaciones con Efe.

También hay quienes caen en la nostalgia. "Pablo Casado la nombró para eclipsar a Inés Arrimadas; lo consiguió de sobra", afirma uno. "Para un determinado electorado era una referencia", sostiene otro.

Gamarra se encontró un grupo desunido, y según con quién hablase, desmotivado. Su primera decisión fue hablar uno a uno con los diputados. "Aún le faltan algunos, pero en pocos días hablará con todos personalmente", apunta una fuente de la actual dirección parlamentaria.

También se topó con un agujero considerable de coordinación y diálogo interno, así que se ha reunido con varios portavoces sectoriales del grupo para compartir el mensaje y la estrategia.

"Uno de los aspectos en los que más énfasis puso fue en la necesidad de contestar al Gobierno siempre, de intentar que no venza en los duelos dialécticos. Si un ministro o ministra arremete contra uno de nosotros, el siguiente que tome la palabra no puede dejarlo pasar", recalca a Efe un diputado que asistió a dicha reunión.

También quiere la nueva portavoz que en cada intervención, sea del ámbito que sea, los diputados del PP reiteren determinados mensajes políticos. "Si hay que incidir en la mala gestión de la pandemia, todos debemos hacerlo cada vez que subamos a la tribuna", subraya la misma fuente.

En la dirección parlamentaria de Gamarra confirman estas consignas.

Otra novedad del "estilo Gamarra" se produjo el jueves pasado, en una sala de la oficina del grupo popular en el Congreso. Asistieron presencial o telemáticamente los números uno de cada provincia, algo que Álvarez de Toledo no había hecho durante el año que permaneció en el cargo.

A ese evento acudió ella precisamente, pues fue cabeza de lista en Barcelona. "Estuvo como una más", apunta una diputada que asistió.

Pero no es una más, y en el PP lo saben.

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Había terminado la sesión del pleno del martes cuando por las redes sociales y por los mensajes de "whatsapp" comenzó a circular la última idea de la exportavoz del grupo: un canal de "youtube" llamado "CATilinarias" (referencia a los cuatro discursos que pronunció Cicerón tras descubrir un complot para dar un golpe de estado promovido por el político Lucio Catilina).

Que Álvarez de Toledo iba a seguir en el escaño lo dijo días antes y en el PP se tenía asumido, aunque no por ello el malestar y el enfado fueron menores.

Pero que fuera "un pepito grillo" o "una piedra en el zapato", eso suscitaba dudas.

Aparte de que el título del canal ya da unas cuantas pistas, la aún diputada por Barcelona comienza el vídeo con una apelación a "los votantes y exvotantes del PP".

Durante tres minutos no para de dejar recados: que tiene intención de ver hasta dónde llega la libertad de "una diputada rasa" o que espera comprobar si son tan férreas las estructuras jerárquicas de los partidos son dos.

Pero el que más molestó a sus compañeros fue la revelación de que había pedido a la dirección parlamentaria participar en cuatro comisiones (le dieron tres, ninguna solicitada por ella) y asistir a la sesión de control del miércoles siguiente.

"Eso sencillamente no es verdad. Pidió ir al pleno, sí, pero lo pidió el martes por la tarde, cuando ya se había comunicado a los interesados qué asistirían", explica un diputado.

Al hemiciclo, ahora, sólo puede ir la mitad de los representantes de cada grupo parlamentario. En el PP son 88 y Álvarez de Toledo se quedó fuera de "los 44", que así fue como tituló su primer vídeo.

La grabación, casera, de sonido "lamentable", como reconoció la exportavoz en el segundo vídeo de su canal, mostraba hasta un "atrezzo" calculado. Por ejemplo: el libro que se ve en la estantería, detrás de ella, es de Christopher Hitchens, un escritor, periodista y ensayista muy polémico; socialista, por cierto.

"Va a dar guerra hasta el final", lamentó un alto cargo del PP.

Fuentes próximas a Gamarra restan importancia al vídeo y a los planes que tenga la antecesora en la portavocía.

La diputada riojana, de hecho, siguió con la nueva rutina que quiere imponer: el martes por la noche continuó preparando la intervención que tendría al día siguiente para replicar a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

Durante el miércoles y el jueves se reunió con funcionarios de prisiones, con rectores de universidades y con autónomos. Además, estuvo con los alcaldes del partido antes y después de la derogación en el Congreso del decreto de los remanentes municipales.

"Quiere abrir el grupo al partido", afirma una fuente de la dirección. Señal de que antes no lo estaba.

Vienen tiempos complicados para el PP. La operación "kitchen" ha caído como un jarro de agua fría, reconocen los interlocutores.

"La nueva normalidad de Cuca", expresión de una de las fuentes consultadas, afrontará en breve su primer reto. EFE

aag/bal

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