El Grupo Funerario El Salvador, investigado por que supuestamente cambió ataúdes antes de la cremación y los reutilizó, ha rechazado el testimonio de una exempleada que dijo haber visto como salía un féretro para incinerar y fue devuelto otras tres o cuatro veces a la funeraria.

Según dijo en su declaración, se trataba de un féretro muy especial, muy ornamentado, con un precio de unos 12.000 euros, y que por esas características concretas del ataúd sabía que era ese mismo el que llegó a ver salir y entrar unas tres o cuatro veces.

La extrabajadora declaró como testigo en el Juzgado de Instrucción 6 de Valladolid, que se ocupa del caso, centrado en averiguar si el dueño, varios familiares y trabajadores del grupo El Salvador presuntamente vendieron féretros que retiraron antes de incinerar y los volvieron a vender, una estafa continuada que pudieron cometer durante veinte años con casi 6.000 ataúdes.

En un comunicado enviado este sábado por la representación legal del Grupo El Salvadro, se ha rechazado esta declaración y se ha calificado como "una falsa historia" de "una testigo que fue despedida disciplinariamente por alterar el orden público de un servicio funerario".

Para la funeraria, la declaración responde a "una manipulación que ha sido perpetrada en la mente enajenada de un solo empleado".

Además del propietario del Grupo El Salvador, continúan en prisión por este caso uno de sus hijos, también con la opción de abandonar la cárcel si abona una fianza de 800.000 euros, y una hija del dueño, en este caso con la posibilidad de salir de la penitenciaría si abona 400.000 euros.

Los tres miembros de la misma familia fueron arrestados dentro de la operación policial "Ignis", que conllevó la detención en total de otras 22 personas que fueron puestas en libertad condicional tras prestar declaración.