El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha descartado este lunes flexibilizar las restricciones impuestas para frenar el avance de la pandemia hasta que no se haya avanzado lo suficiente el programa de vacunación, sin fecha prevista todavía.

El portavoz del Gobierno filipino, Harry Roque, ha trasladado que Duterte, si bien es consciente de la importancia de reabrir más sectores de la economía, ha optado por "dar prioridad a la salud y a la seguridad públicas".

Las autoridades sanitarias filipinas han advertido en los últimos días de la "constante" amenaza para la salud que supondría flexibilizar las restricciones en algunos núcleos de población como Metro Manila, en la que la mitad de sus alcaldes votaron en contra de esta posibilidad, "contraria a la gestión sensata de la epidemia", argumentaron, según publica el diario 'PhilStar'.

Metro Manila, que representa alrededor de un tercio de la economía filipina, se encuentra actualmente bajo las segundas restricciones más flexibles. Las autoridades sanitarias han alertado de que rebajar aún más estas medidas podría suponer un aumento de hasta 2.400 casos diarios sólo en esta región.

En cuanto a las vacunas, Roque ha señalado que Duterte "también quiere que la vacunación comience lo antes posible", aunque todavía no está claro cuando dará inicio el programa de vacunación, después de que el Gobierno todavía esté lidiando con los retrasos en la entrega de las primeras dosis que llegarán desde China.

Este lunes Filipinas ha registrado sus mayores cifras de casos diarios de coronavirus desde noviembre, 2.288. En total, 563.456 personas han contraído la enfermedad desde el inicio de la pandemia, de las cuales hay 12.094 que no han logrado superarla.