Hace ya cuatro años que el Código Militar tipificó la agresión y el acoso sexual en las Fuerzas Armadas, delitos que hasta ese momento estaban diluidos en otros más genéricos, siendo el más común el de abuso de autoridad.

Durante los tres primeros años de vigencia del delito de acoso sexual en el Código Penal Militar la justicia militar no dictó ni una sola sentencia condenatoria por este tipo de abusos por parte de superiores a subordinados en el Ejército por razón de sexo, orientación sexual u origen. La respuesta del Gobierno a la petición del diputado de Bildu, Jon Iñarritu, para conocer el número de denuncias revela que durante este periodo de tiempo asciende a 47, denuncias que en su su totalidad han sido presentadas por mujeres. 22 de ellas se encuentran todavía en trámite, algunas desde hace tres años; 23 denuncias han sido archivadas o sobreseídas y tan sólo ha habido dos casos en los que los acusados han recibido sentencia, pero que finalmente fueron absueltos.

Todas las denuncias han sido presentadas por mujeres militares, que representan el 12,7% de los miembros de las Fuerzas Armadas. Más del 70% de las denuncias se producen en el Ejército de Tierra, la rama del Ejército más numerosa. Por su parte, el 98% de los denunciados son varones de los cuales el 45,5% se tratan de oficiales y suboficiales.

El Código Penal Militar considera desde 2015 que estos delitos se agravan cuando el agresor se encuentra jerárquicamente por encima de la víctima.