La defensa del acusado de matar a su expareja de una paliza en abril de 2018 en plena calle de la capital burgalesa ha intentado este martes sembrar dudas sobre quién fue el autor material de la agresión mediante los interrogatorios que ha efectuado durante la vista oral, que se sigue con jurado popular.

En el juicio, que se desarrolla desde este lunes en la Audiencia provincial de Burgos, el letrado ha centrado sus preguntas a cuatro policías que intervinieron en la investigación posterior al suceso mortal en intentar aclarar las razones por las que no se practicó ninguna prueba a tres amigos del acusado, dos de los cuales se encontraban con él en el momento de la agresión.

Ha apuntado que la única referencia del acusado como autor de la agresión a su expareja es la de un testigo que vio todo desde su ventana cerrada, sobre la una de la madrugada, a cierta distancia y en una calle con poca iluminación.

En este sentido, la madre del procesado, que ha declarado también durante esta sesión en la vista, ha asegurado que un amigo con el que su hijo estuvo consumiendo cocaína y cerveza la tarde anterior a los hechos acudió a su domicilio al día siguiente y habló en referencia a la víctima, al saber que había fallecido.

Yo no quería hacerlo; yo también la quería, pero ella solo quería a David (el acusado), ha dicho la testigo que manifestó el amigo del procesado.

Tras su declaración, la fiscal ha pedido que se deduzca testimonio por si ha incurrido en perjurio y el letrado defensor ha solicitado un careo de la mujer con el amigo del acusado aludido, una petición que ha rechazado la juez que preside la vista oral.

Otros dos testigos se han reconocido amigos de la víctima y presunto agresor y han admitido que estuvieron con el acusado cuando llegó la mujer, vieron como él se acercaba a la víctima y le daba un fuerte golpe en la cabeza, tras lo que ella cayó al suelo, aunque después se fueron del lugar porque no querían meterse en cosas de pareja.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, tras ese primer golpe, la mujer fue pateada en el suelo durante varios minutos y sufrió lesiones que ocasionaron su muerte horas más tarde en el hospital.

La fiscal pide para el acusado de dar muerte a su expareja una condena de 22 años de cárcel por asesinato -al apreciar alevosía-, dos años por maltrato habitual por violencia de género y un año por quebrantamiento de medida cautelar, ya que el hombre tenía una orden de alejamiento de la víctima, que le había denunciado en ocasiones anteriores por malos tratos.

La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, y la popular, personada en nombre de la Junta de Castilla y León, elevan a 25 años la petición de pena por asesinato y mantienen la misma petición que el ministerio público por los otros dos delitos.

El letrado defensor ha pedido su libre absolución por considerar que fue una agresión con lesiones pero sin ánimo de matar a la víctima, a lo que ha añadido que, en el caso de que se considere a su patrocinado culpable, se le debería aplicar la eximente de actuar con su voluntad anulada por drogas, ya que había consumido cocaína, anfetaminas y alcohol cuando se produjeron los hechos.

La vista oral continuará este miércoles con la declaración de más testigos. EFE

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